sábado, 4 de enero de 2014

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Qué curioso me parece como unas palabras pueden cambiar tu vida en un pequeño instante: "se acabó", "te quiero", "te echo de menos"... del mismo modo que la ausencia de ellas pueden convertirse en una auténtica tortura o, en ocasiones, en un verdadero alivio.

Hay ocasiones en la vida en las que las palabras sobran, sobran porque no son lo que necesitas, no son lo que te hacen falta en ese momento, quieres hechos ¡Quieres que te demuestren las cosas!. Un estaré a tu lado siempre suena precioso, pero si al caer, si cuando las cosas se complican miras a tu alrededor y no ves nada... ¿De qué te sirve?. Por otro lado, hay ocasiones que es mucho más fuerte una mirada, un gesto, un abrazo, de esos que recomponen cada uno de los trocitos en los que te has roto, que cualquier demostración gigante o palabras adoradas de cariño.

La vida es simple para quien sabe vivirla a su manera. Yo aún sigo sin pillarle el truco a eso de dejar la mente en blanco y dejarme llevar, dejarme vivir, sin sufrir,sentir y analizar cada pequeño instante de la vida, esa vida a la que me empeño en preguntarle los "Porqués" de todo.

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