miércoles, 30 de octubre de 2013

Reencontrarse

Y llega ese día en que te miras al espejo y dices: ¿Quién soy?. Ese momento justo es cuando te das cuenta de que te has perdido. Has perdido la esencia de quien eres, has dejado escapar tantas cosas por el camino por centrar tus fuerzas en causas perdidas..., los ojos ya no te brillan igual y ¿el corazón?, el corazón ni siente,ni padece y sabes que late porque aún estas viva.

Las lágrimas de los últimos días han demacrado tu cara, ese nudo en el estómago ha hecho qué pierdas peso y la sonrisa e ilusión con la que despertabas cada día, quedó atrás, y tu vida parece haber perdido el sentido que tenía. ¡Llorarás! llorarás ante cada estímulo que te haga recordar los días felices, llorarás cuando le eches de menos y sentirás los minutos como horas,las horas como días y los días se harán eternos como si una semana fuesen meses.

Pero esta sensación no es para siempre,afortunadamente,cuando ya no te queden lágrimas que derramar y las heridas de los recuerdos poco a poco dejen de sangrar con fuerza,llegará el momento de recuperarte.
Al mirarte al espejo por la mañana te dirás:" después de haber perdido estos kilos, ¡me veo fenomenal!", tu autoestima subirá y eso te dará un poquito más de seguridad. Al ver esa tarta de chocolate que tanto te gusta, querrás darle un bocado, ¡porque te lo mereces!, y esa sensación te hará sentir mejor,(el nudo que tenías en el estómago se está aflojando), y con fuerza y una sonrisa,por pequeña que sea,el día se pinta un poco más de rosa y algo menos negro.

NO es fácil avanzar, no todos superamos los golpes con la misma facilidad. Llorar está permitido,es necesario para superar los golpes, pero debemos esforzarnos por sonreír, por echarle ganas al día a día, por volver a ser: la que más fuerte reía, la que hacía temblar el suelo al paso de sus tacones, la que no aceptaba un "NO" y se arriesgaba por sus sueños, la que más dulce sonreía y ante todo la que al mirarse al espejo cada día decía: "Esta soy yo, soy como quiero ser y tengo todo lo que quiero". ¡Cálzate los tacones!, ¡Píntate la sonrisa! y sal a la calle a reencontrarte.

Al fin y al cabo no hay nada más reconfortante que estar feliz con uno mismo y lo demás vendrá solo.

Y finalizo con esta frase que ha sido la desencadenante de que tenga que escribir estas líneas: "Si no está para ti, no estará para ti aunque te pongas, y si está para ti, estará para ti aunque te quites".