lunes, 24 de junio de 2013

Quiere y déjate querer

Me pierdo en la profundidad de sus ojos, me entrego sin miedo y le dejo desnudar mi alma, porque es verdad, no hay nada más sincero que unos ojos enamorados.
Coger su mano supone un escalofrío en mí, la piel se me eriza con el contacto con la suya, sé que suena empachoso pero vivir una sensación así da sentido a la vida.

A ratos le contemplo como si fuese a marcharse y no fuese a verle más, analizo sus expresiones, boquiabierta y disfruto de su mirada despreocupada y de su sonrisa, si supiera lo que pienso...
Siento miedo de que un día no pueda disfrutar de su presencia, de que las cosas se tuerzan o que se nos acabe el amor de tanto usarlo o de dejar de hacerlo. Quizás ese sea uno de los encantos del amor, el pensar que puede ser efímero, que los sentimientos cambian a lo largo de la relación y hay que exprimir cada momento pues es único.

Besa con pasión, abraza con ganas, acaricia con ternura y déjate besar, abrazar y acariciar, el amor es una sensación, un sentimiento que debemos disfrutar cada día.

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